La Virgen María en Lourdes

Aprovechamos las dos horas y media de traslado para ir preparando nuestras consciencias antes de llegar al lugar que íbamos, lugar de apariciones Marianas, en donde lo extraordinario, lo sorprendente y maravilloso forma parte del diario vivir, en donde lo divino se hace visible, suscitando un estado de admiración y sobrecogimiento.

Mientras escuchábamos el Ave María de Schubert y el Ave María de los Niños Cantores de Viena y de Charlotte Church, les hablaba acerca de la ciudad de Lourdes, de la vida de Bernadette y de sus experiencias Marianas. Así, nuestras conciencias se irían sintonizando con La Madre María y las experiencias allí vividas.

A pocos kilómetros del Santuario, pedimos permiso a La Guardiana Silenciosa de Lourdes, la Sra. Salud, a la vez que escuchábamos Su Llave Tonal “María”, para poder pasear por sus dominios en plena armonía y felicidad.

Lourdes es una hermosa ciudad que se encuentra ubicada en las llanuras de Bigorre, en el sureste de los Pirineos, a más de 400 metros de altura. Está bañada por el río Gave de Pau (Cauce de Paz), su Guardiana Silenciosa es la Sra. Gave. Desde el s. XIX se ha convertido en uno de los más importantes centros religiosos católicos de peregrinación, ya que en este lugar la niña Bernadette Soubirous fue testigo de una serie de apariciones de la Virgen María.

Hasta 1858, Lourdes no era más que una modesta capital del cantón de unos 4.000 habitantes, aproximadamente. El 11 de febrero de ese año, la pequeña Bernadette de solo 14 años, acompañada de su hermana y de una amiga, se dirige a la Gruta de Massabielle, al borde del río Gave, para recoger leña y ramas secas. Mientras se está descalzando para cruzar el arroyo, oye un ruido como una ráfaga de viento. Al levantar la cabeza, vio en la gruta donde se encontraba, la forma de una joven rodeada de una intensa luz que le miraba y le sonreía. (Extraído del Libro "Francia un viaje espiritual" Una experiencia de Libertad, Amor y Poder.)